viernes, 17 de mayo de 2013

¿Qué sabes sobre Miguel Ángel?

http://www.daypo.com/test-miguel-angel-buonarroti.html

Vídeo sobre las obras de Miguel Ángel


Vídeo-biografía de Miguel Ángel


Curiosidades sobre Miguel Ángel

  • Miguel Ángel Buonarroti fue un poeta celebrado durante su vida; más de 300 poemas de su autoría sobreviven.
  • La Piedad (Pietà que se encuentra en el Vaticano es la única obra de Miguel Ángel  que está firmada por él. Lo hizo una noche escabulléndose en la Basílica de San Pedro, grabando su nombre en la escultura para que nadie dudara de su autoría.
  • El Papa Julio II originariamente había comisionado a Miguel Ángel para que pintara en el cielo raso de la Capilla Sixtina la imagen de los doce Apóstoles.
  • El artista florentino era conocido por su fuerte carácter y trato huraño.
  • Sus contemporáneos solían llamarlo Il Divino (El Divino).
  • Miguel Ángel nunca se casó.
  • El artista, solía pasar meses en las canteras escogiendo los bloques de mármol para sus esculturas.
  • Fue el primer artista cuya biografía fue publicada en vida.


 FRASES DE MIGUEL ÁNGEL

"No sé qué es preferible: el mal que hace bien, o el bien que hace mal"

"La perfección no es cosa pequeña, pero está hecha de pequeñas cosas"


"Dime oh Dios, si mis ojos, realmente, la fiel verdad de la belleza miran; o si es que la belleza está en mi mente, y mis ojos la ven doquier que giran "


"No hay daño tan grande como el tiempo perdido "


Obras pictóricas de Miguel Á. Buonarroti

PINTURA

Como en la entrada anterior hemos dicho Miguel Ángel era sobretodo escultor y eso se nota en sus pinturas ya que son figuras con contornos muy nítidos, cincelados y también debido al volumen de los personajes, que son muy escultóricos. Él no buscaba tanto la perspectiva.

Aquí os dejamos algunas de sus pinturas más importantes:


Tondo Doni:
Antes que nada diremos que un tondo es un cuadro circular. Conocido también como La Sagrada Familia (1504-1505), se encuentra hoy en la Galería Uffizi, Florencia. Esta pintura al temple, la pintó para Agnolo Doni, como regalo de bodas a su esposa Maddalena Strozzi.
Una de las características de este cuadro son los colores chillones, algo muy manierista, y otra es el gusto por los desnudos.


En primer plano está la Virgen con el Niño y detrás, san José, de grandiosas proporciones y dinámicamente articulado; llaman la atención las imágenes tratadas como esculturas dentro de una disposición circular de 120 cm de diámetro y con una composición en forma piramidal de las figuras principales. La base de la línea triangular es la marcada por las piernas de la Virgen colocada de rodillas, con la cabeza girada hacia la derecha, donde se encuentra el Niño sostenido por san José, con el cuerpo inclinado hacia la izquierda; esta parte superior de la pintura junto con la línea que marcan los brazos, denota un movimiento en forma de espiral.
Separados por una balaustrada, se encuentran Juan el Bautista y un grupo de ignudi. Esta pintura puede verse como la sucesión de las diversas épocas en la historia del hombre: los ignudi representarían la civilización pagana, san Juan y san José la era mosaica y la Virgen con el Niño la era de la Redención, a través de la encarnación de Jesús. Esta interpretación está sostenida, incluso en las cabezas esculpidas sobre la cornisa original: dos sibilas (representa la edad pagana), dos profetas (representa la edad mosaica) y la cabeza de Cristo (representa la era de la redención), con frisos intermedios de animales, máscaras de sátiros y el emblema de los Strozzi.
El artista demostró que, con la pintura era capaz de expresarse con la misma grandiosidad que en la escultura; el Tondo Doni, de hecho, se considera el punto de partida para el nacimiento del manierismo.


Capilla Sixtina:
Miguel Ángel Buonarroti recibió en 1508 el encargo de Julio II de repintar el techo de la Capilla. Originalmente estaba pintado como un cielo azul con estrellas doradas. El trabajo comenzó el 10 de mayo de 1508 y se prolongó hasta el 31 de octubre de1512. Casi 30 años más tarde, Miguel Ángel pintó también El Juicio Final, sobre la pared del altar, entre 1536 y 1541, por encargo de Paulo III Farnese.
Miguel Ángel quedó intimidado por las dimensiones del encargo y dejó claro desde el principio que prefería rechazarlo. Él se consideraba escultor antes que pintor, y sospechaba que algunos de sus rivales habían aconsejado al Papa que le encargase un proyecto de tan gran escala para verle fracasar. Para Miguel Ángel, el proyecto era sólo una distracción de su trabajo como escultor de mármol, que le había mantenido ocupado durante los años previos.
Esta bóveda mide 36 metros de longitud por 13 de anchura. Simuló diez arcos fajones    que le permitieron dividir la bóveda, de cañón rebajado, en nueve tramos sucesivos atravesados por dos falsas cornisas que producen la partición en tres registros. Aloja nueve historias del Génesis, que van desde la Separación de la luz y las tinieblas, sobre el altar, a la Embriaguez de Noé, aunque las pintó en sentido inverso, pues comenzó sobre la puerta de entrada.
Para evitar la monotonía, hizo alternar los rectángulos centrales en dos medidas o escalas distintas; los cuatro de menor escala están flanqueados por los sedentes Ignudi, emparentados con los esclavos esculpidos después para la tumba de Julio II.

(Bóveda, Capilla Sixtina)

Los Ignudi sostienen diez gigantescos medallones de bronce que representan escenas del Antiguo Testamento y sirven de complemento a las narradas en los paneles principales. La función de los ignudi no queda clara, aunque son un elemento crucial en el concepto global de la obra y representan la concepción renacentista del hombre como medida de todas las cosas. Las hojas y bellotas de roble que sostiene un ignudo aluden a la familia Della Rovere, a la que pertenecía el propio papa Julio II, en cuyo escudo de armas aparece el roble. También el árbol del Bien y del Mal en la escena de La caída es un roble.
Entre los lunetos sitúa las figuras a mayor escala de los siete Profetas bíblicos y las cinco Sibilas, anticipadoras de la venida de Cristo y nexo de los antepasados de Jesús que incluye en el interior de los tímpanos.
Cuatro relatos bíblicos se despliegan en las cuatro pechinas o vele de la bóveda, glosando momentos de la lucha de Israel por la libertad, desde David y Goliat o Judit hasta la serpiente de bronce y el castigo de Amán.
Se considera el conjunto pictórico de la Capilla Sixtina como la culminación de su ideal universalista, en la que todos los elementos figurativos están integrados en una síntesis de las tres artes mayores y representados, desde la creación de la Humanidad hasta la visión escatológica del Juicio final, según la más pura concepción de la técnica florentina y del monumentalismo romano.
Esta bóveda reúne toda la Historia de la Salvación a través de episodios significativos del Antiguo Testamento.

El Juicio final:
Encargado por Clemente VII en 1534 y confirmado por Paulo III en 1535, fue comenzado en 1536 y terminado en 1541. Se proyectó para cubrir la pared del fondo de la Capilla hasta el arranque de la bóveda, para lo que se tuvo que suprimir un par de ventanas, así como varias pinturas de Perugino.
Lo integran unas 400 figuras, concebidas como una composición unitaria, carente de compartimentaciones arquitectónicas y dividiéndola en cuatro registros horizontales de figuras. Los dos superiores están dedicados al mundo celestial, mientras que los dos inferiores al terrenal y al infierno. Los lunetos superiores muestran a los ángeles con los instrumentos de la Pasión, casi como invocando venganza.
En el centro, la figura de Cristo-juez, destacado plástica y visualmente como una figura atlética, vigorosa e iluminada. A su derecha, la Virgen y los desnudos apóstoles y patriarcas A sus pies, las figuras de san Lorenzo y san Bartolomé, porque a ellas, además de a la Asunción, se dedicó la Sixtina.
En un segundo friso, cuerpos desnudos de elegidos que ascienden y réprobos que bajan como suspendidos en un tapiz plano que renuncia a la profundidad. En la piel del desollado Bartolomé, un angustiado autorretrato de Miguel Angel, como queriendo indicar que no era digno de estar en presencia de Cristo.
En el espacio central del registro inferior se halla el grupo de ángeles tocando las trompetas para despertar a los muertos, mientras dos de ellos sostienen el pequeño Libro de la Vida y el gran Libro de la Muerte, como describe el Apocalipsis.

(Juicio Final, Capilla Sixtina)

Abajo, las tumbas entreabiertas que hacen brotar los cuerpos reencarnados y la laguna Estigia con la barca funeral de Caronte, escena quizás inspirada en La Divina Comedia de Dante ; algunos condenados luchan en vano para huir de los diablos, y otros se lanzan desesperados al remolino. En el centro del registro inferior, y en contraposición al eje en que se halla la figura de Cristo, se representa la boca del Infierno.
En el Juicio Final se ensayan todas las posibilidades de movimiento, actitud, escorzo y agrupación de la figura humana.

En la composición se valoran igualmente los espacios vacíos y las masas que se presentan con independencia, aunque con un ritmo y un sentido no clásico de la perspectiva. Las figuras experimentan un aumento de escala a medida que se hallan en los registros superiores. El grupo central tiene una escala mayor que el superior y que los grupos laterales de este mismo registro. Establece, pues, una alteración de la perspectiva en función de la jerarquía y del significado de las figuras, rompiendo así la sensación planimétrica de la composición y el efecto de horizontalidad que podrían producir los distintos registros. El efecto final es el de una composición plasmada sobre una superficie convexa.
El gesto de Cristo pone en movimiento irresistible el conjunto tumultuoso. La perfección clásica y el equilibrio del techo dan paso aquí a un desbordamiento dramático y a una violencia pesimista, que puede considerarse ya manierista, por su desprecio de la claridad y su complacencia en lo caprichoso; las figuras se retuerzan sobre sí mismas, y para sostener sus masas en un espacio vacío, Miguel Angel desarrolla, dentro de las mismas masas, una fuerza de empuje que las sustrae a la inercia, y asocia después todos estos movimientos en un ritmo único que reúne en un torbellino rotante las caídas y los empujes. A la izquierda todo es ascenso fatigoso, a la derecha descenso frenado, pero el giro es continuo en torno al espacio vacío del centro.

Otra pintura muy destacada de la Capilla Sixtina es :

La creación de Adán:
Es un fresco pintado alrededor del año 1511. Ilustra el episodio bíblico del Génesis en el cual Dios le da vida a Adán, el primer hombre.
Cronológicamente es el cuarto de los paneles que representan episodios del Génesis en el techo de la capilla, fue de los últimos en ser completados y es una de las obras de arte más apreciadas y reconocidas en el mundo.
Dios es representado como un hombre anciano y con barba envuelto en una alborotada túnica color púrpura, la cual comparte con unos querubines. Su brazo izquierdo está alrededor de una figura femenina, normalmente interpretada como Eva, quien no ha sido creada aún y, en sentido figurado, espera en los cielos a que le sea dado un lugar en la Tierra. El brazo derecho de Dios se encuentra estirado, para impartir la chispa de vida de su propio dedo al de Adán, cuyo brazo izquierdo se encuentra en idéntica posición al de Dios. Es famoso el hecho de que ambos dedos están separados por una mínima distancia. La pintura tomó de tres a cuatro años en ser completada.











Obras escultóricas de Miguel Á. Buonarroti

ESCULTURA

Aunque se dedicó a todas las artes, la escultura fue su predilección, dedicándose a ella en primer lugar.


Entre sus obras más destacadas en escultura están:

La piedad del Vaticano :
Primera gran obra, la comenzó a hacer en 1498 con sólo 23 años. Es la obra más clásica de Miguel Ángel. Es una obra de composición triangular que trasmite armonía, serenidad, simetría…
En esta etapa Miguel Ángel buscaba la belleza ideal, se puede ver en el rostro de la virgen María que es un rostro joven y no es normal teniendo un hijo de 33 año, mostrando con esto claramente Miguel Ángel  que no era realista en esta obra , sino que busca la belleza y quiere potenciar el concepto de virginidad, pureza…
La obra fue encargada por el cardenal de san Dionisio Jean Bilhères de Lagraulas o de Villiers, benedictino embajador del monarca francés ante la Santa Sede, al que el autor conoció en Roma. El contrato entre el artista y el cliente se firmó el 26 de agosto de 1498, y en el que se estipulaba, además del pago de 450 ducados de oro, que habría de estar terminada antes de un año, y en efecto, dos días antes de cumplirse el plazo la obra maestra ya estaba terminada, cuando el cardenal había muerto unos días antes, por lo que su primer emplazamiento fue sobre la propia tumba del prelado en la Capilla de Santa Petronila del Vaticano. La Piedad fue trasladada en 1749 a su ubicación actual en la Basílica de San Pedro, la primera capilla a la derecha.


La obra está perfectamente estudiada, está muy bien conseguida la caída del cuerpo de Jesús sobre María y como está perfectamente encajado en los ropajes de María. Esta obra es la única firmada, colocando esta en la banda que atraviesa el pecho de la virgen, pone en latín: Miguel Ángel Buonarroti lo hizo.
A partir de ahora Miguel Ángel va a evolucionar hacia la expresividad.

El David:
En 1501 Miguel Ángel recibe el encargo de la ciudad de Florencia de construir el David, que sería símbolo de Florencia. La escultura representa al Rey David bíblico en el momento previo a enfrentarse con Goliat.
El David es una de las obras maestras del Renacimiento según la mayoría de los historiadores, y una de las esculturas más famosas del mundo. Actualmente se encuentra expuesta en la Galería de la Academia de Florencia, aunque hasta 1910 estuvo ubicada en la Plaza de la Señoría de la capital toscana; desde entonces en su lugar se erige una copia de la obra a tamaño real realizada también en mármol.


Esta obra era un gran reto debía de medir más de 4 metros, mide 4.5 metros sin contar con el pedestal. Su gran problema fue encontrar una pieza de mármol tan grande para realizar tal obra. El bloque de mármol a partir del cual se creó el David había sido extraído de la cantera de Fantiscritti, en Carrara, y había sido transportado a Florencia por el mar Mediterráneo y remontando el río Arno hasta la ciudad. Este bloque era muy estrecho, largo y había sido dañado por un artista llamado Simone da Fiesole, que lo había estropeado tratando de esculpir una escultura en él. El bloque fue apartado por los encargados de Santa María del Fiore y abandonado durante años. Tanto Agostino di Duccio como Antonio Rossellino esculpieron el bloque sin éxito, abandonándolo con varias fracturas y partes a medio trabajar. Las autoridades de la Opera del Duomo comenzaron la búsqueda de un escultor que lograra terminar el trabajo. Varios artistas fueron consultados sobre las posibilidades de esculpir el David, entre ellos Miguel Ángel
Es una obra un poco plana y se ve frontalismo condicionado por el bloque. Tiene herencia griega. Es la típica obra griega de un desnudo masculino con su contrapposto, recordando al Diadúmeno.
Miguel Ángel rompe un poco el frontalismo girándole la cabeza al David.
Antes del David, sólo dos de estas esculturas habían sido construidas, una de ellas por Donatello y la otra por su discípulo Agostino di Duccio.
Miguel Ángel a diferencia de Donatello hace al David más maduro y la figura se ve en el momento de más concentración psíquica y esto hace que todo el cuerpo esté en tensión. En la mano izquierda tiene la piedra y la honda. La concentración se puede ver en el rostro, en el cual se aprecia la terribilitá, palabra que se utiliza para describir los rostros dramáticos y terribles de Miguel Ángel. La tensión no sólo la podemos apreciar en el rostro, sino en las arterias, los músculos, los tendones… Aunque es de mármol parece que corre la sangre por las venas.
El estudio anatómico es muy conseguido pero con ciertas deformaciones para darle mayor expresividad. Esto se aprecia en la cabeza y en las manos, que son de gran tamaño.
Con esta obra el equilibrio entre fondo y forma se rompe y comienza a potenciarse la expresividad.


Moisés:
El Papa Julio II llamó a Roma a Miguel Ángel debido a su éxito con el David y le encargó una tumba para él. La tumba debía ir debajo de la cúpula de San Pedro del Vaticano.
La tumba de Julio II fue la gran tragedia de Miguel Ángel, se convirtió en una de las grandes decepciones de la vida del artista cuando el papa, sin ofrecer explicación alguna, interrumpió las donaciones, posiblemente desviando dichos fondos a la reconstrucción de San Pedro por parte de Donato Bramante. El proyecto original estaba formado por una estructura independiente, sin apoyo, de tres niveles, con aproximadamente 40 estatuas. Tras la muerte del papa en 1513, la escala del proyecto se redujo paulatinamente hasta que, en 1542, un contrato final especificó una tumba con un muro sencillo y con menos de un tercio de las figuras incluidas en el proyecto original. De la tumba de Julio II sólo esculpió a Moisés y unos esclavos.

Cuando Miguel Ángel realiza esta obra de 1513-1516 se descubre el Laocoonte y esto cambió su estilo, adquiriendo el Moisés la grandiosidad y la fuerza de dicha obra. Moisés es el prototipo del hombre lleno de furia, encolerizado, lleno de rabia. Recoge el momento en el que Moisés baja del Monte Sinaí, donde Dios le dio los 10 mandamientos, y cuando baja ve la idolatría y la traición del pueblo, lo cual produce su cólera.
Es una figura muy exagerada y grandiosa, en cuanto al poderío, a la musculatura, al gesto terrible.
Esta obra se encuentra en la iglesia menor de San Pietro in Vincoli, en la zona del Esquilino.


Piedad florentina:
Esta obra está conservada en el Museo dell`Opera del Duomo en Florencia.
La escultura tiene una medida de más de dos metros de altura y fue empezada hacia el año 1550. Representa el cuerpo de Cristo sostenido por 
Nicodemo, abrazado por la Virgen María y a la izquierda del grupo, María Magdalena. En el rostro de Nicodemo el artista realizó su propio autorretrato. En esta época Miguel Ángel estaba muy influido por su profundo pensamiento religioso, y este grupo escultórico lo realizó con el deseo de que fuera colocado en su sepultura en la basílica de Santa María la Mayor en Roma.


Si la comparamos con la del Vaticano, ésta es una soledad más dramática, con mucho más dolor. Incluso ese equilibrio que había en la del Vaticano se rompe con la figura del Cristo, la cual posee más movimiento.
Hay una gran desproporción  en las figuras, María Magdalena aparece mucho más pequeña que los otros dos personajes.
La escultura la vendió Miguel Ángel a Francesco Bandini por doscientos escudos, ya que cambió de opinión y decidió ser enterrado en Florencia. La escultura estuvo en la villa romana de Francesco Bandini hasta su traslado y colocación en la iglesia de San Lorenzo de Florencia por Cosme III en 1674. Allí estuvo hasta que en el año 1722 fue transferida a Santa María del Fiore y finalmente desde 1960 se expone en el museo de la catedral.
Miguel Ángel insatisfecho por su obra, empezó a destruirla siendo detenido por su criado, aún actualmente es posible ver algunas roturas en el cuerpo de Cristo en el brazo y en la pierna izquierda y en los dedos de la mano de la Virgen. La figura de la Magdalena, a la izquierda del grupo, fue terminada por Tiberio Calcagni, alumno y amigo de Miguel Ángel, resaltando del resto del grupo por su dimensión más pequeña.


Piedad Rondanini:
Se trata de la última escultura de Miguel Ángel antes de morir. Trabajó en ella incluso el día antes de su muerte. La Piedad Rondanini se encuentra en el museo del Castillo Sforzesco de Milán.


Esta escultura posee más verticalidad, se encuentra la madre abrazada a Cristo muerto, fundiéndose así en una sola figura y haciéndola muy dolorosa. También está inacabada, y esto le da un rasgo contemporáneo a la obra.
En agosto de 1561 Miguel Ángel regaló la figura, aún en ejecución, a su criado Antonio del Francese, a pesar de que continuó trabajando en ella hasta su defunción.
Más tarde fue adquirida por el marqués de Rondanini, permaneciendo en su palacio durante mucho tiempo. Finalmente, en 1956, fue adquirida por el ayuntamiento de Milán, que la destinó al museo Cívico del castillo de Sforzesco.










martes, 7 de mayo de 2013

Biografía de Miguel Ángel Buonarroti

Miguel Ángel Buonarroti  nació en Caprese en 1475 y murió en Roma 1564.


Fue un arquitecto, escultor y pintor italiano renacentista, considerado uno de los más grandes artistas de la historia.
Su labor artística fue destinada mayormente a la familia Médicis y a los diferentes papas romanos, a lo largo de setenta años, entre Florencia y Roma.

                       (Tumba realizada por Miguel Ángel para la familia Médicis, 1524 - 1534).

Se dedicó a todas las artes, triunfando en ellas,  caracterizándose por su perfeccionismo. Su predilección era la escultura, a la que se dedicó en primer lugar. Aprendió pintura en el taller de Ghirlandaio y escultura en el jardín de los Médicis. Dio sus primeros pasos haciendo copias de frescos de Giotto o de Masaccio que le sirvieron para definir su estilo.


                       (Autorretrato de Ghirlandaio, maestro en pintura de Miguel Ángel).

En 1534, al encontrarse a disgusto con la nueva situación política que se había instaurado en Florencia, abandonó la ciudad y se estableció en Roma, donde aceptó el encargo de Clemente VII para trabajar en el altar de la Capilla Sixtina y donde, entre 1536 y 1541, realizó el magnífico Juicio Final. Hasta el año 1550 fue haciendo obras para la tumba de Julio II, y los frescos de la Capilla Paulina que representan La conversación de san Pablo y la Crucifixión de san Pedro.

(Bóveda de la Capilla Sixtina,1534-1541 )


Miguel Ángel pretendía interiorizar las teorías neoplatónicas del amor, haciendo grandes esfuerzos para conseguir un equilibrio emotivo que pocas veces logró. Su inclinación natural por la materia, por las formas físicas -era por encima de cualquier cosa, un escultor de cuerpos-, unida a su fascinación por todo lo joven y vigoroso, emblemas de la belleza clásica, lo llevaron a decantarse por la belleza humana y el amor más sensual hasta muy avanzada su vida. Esta conflictividad enriquecedora con la que el artista vivió su deseo carnal, también afloró en el enfrentamiento con su homosexualidad.
Durante los últimos veinte años de su vida, Miguel Ángel se dedicó sobre todo a trabajos de arquitectura. Dirigió las obras de la Biblioteca Laurenziana de Florencia y en Roma, la remodelación de la plaza del Capitolio; y sobre todo la finalización de la Basílica de San Pedro del Vaticano.